Estamos a punto de finalizar uno de los años más duros de la última época. Con una situación económica crítica pero una peor social y humana.
Por desgracia muchos de nosotros hemos tenido que decir adiós a mucha gente que nos importaba.
Y en momentos como estos, se hace más presente el tiempo limitado que tiene una vida, por mucho que queramos vivir cada día ignorando el fin de la misma.
Y aquí es donde entra la fragilidad de volverse imprescindible para alguien. Y es que muchas veces, nos aferramos en ayudar y estar ahí para los demás porque nos gusta sentirnos de provecho.
Pero sería mucho más eficiente para todos volverse prescindibles compartiendo momentos y conocimientos con nuestro alrededor. Hagamos de nuestros círculos gente autosuficiente y valiente que se puedan valer por sí mismos, y dejemos eso como parte de nuestro legado.
Proporcionemos momentos bonitos, risas, carcajadas y aprendizajes de vida que aporten valor a las vidas de los demás.
Compartir nos hace grandes
Porque de qué se trata la vida sino. De compartir el tiempo con nuestra gente y evolucionar y avanzar con las experiencias adquiridas día a día.
Así que pongámonos como meta para este próximo año el compartir más en general con todos los que nos importan.
Creo que acabas de crear un mantra, el cual todos nos vamos a repetir una y otra vez. Preciosas palabras amiga mía y una vez más llenas de mucha verdad, sigue haciéndolo así de bien, leerte es un placer.