Hoy quiero hablaros de un tema que me preocupa bastante por lo que me conlleva personalmente, y que creo que sería importante que conversemos con total normalidad, para poder enfrentarnos a él con mayor profundidad. Y como bien os habréis imagino por el título se trata de la adicción a las compras.
¿Qué es la adicción a las compras?
Se trata de un trastorno psicológico cuyo síntoma principal es un deseo desenfrenado por comprar sin una necesidad real. Se suele dar mucho en personas que padecen trastornos del estado de ánimo, trastornos depresivos, entre otras patologías.
La compra genera una satisfacción inmediata, con la que se cree llenar la vida de sentido, o con la que conseguir borrar temporalmente los problemas. Pero después de esta felicidad de mecha corta, viene la vergüenza y el sentimiento de culpa.
¿Cómo notar si te ocurre?
Existen muchos indicadores comunes para todas aquellas personas que sufren este comportamiento, entre ellos están:
- Pensamientos incesantes sobre la compra de cualquier cosa que no cesan hasta que se realiza el acto de comprar
- Imposibilidad de controlar el deseo de compra. Si por ejemplo te dices bueno me voy a dar 3 días a ver si lo sigo queriendo y no eres capaz de contenerte, suele ser una señal bastante clara.
- Satisfacción después de comprar
- Sentimientos de culpa poco después de la compra
Por si a alguien le interesa indagar más, os dejo un artículo muy detallado con un pequeño test que os puede orientar.
Mi experiencia personal
Es un hecho el que aún me sigue costando admitir pero he sido compradora compulsiva prácticamente toda mi vida, ya que ha sido algo que veía en mi entorno con bastante normalidad. Y la verdad es que el vivir en una sociedad consumista que te incita a comprar sin pensarlo demasiado no ayuda nada a este tipo de comportamiento irracional.
Pero el problema se hizo mucho más latente y peligroso hará cosa de 3 años. ¿ Por qué? Pues, por que tuve un gran shock emocional en mi vida que dio la vuelta a todo mi mundo y del que reconozco aun estoy saliendo, por no pude enfrentarme a él hasta pasado más de un año. Y mientras intentaba no pensar absolutamente en el causante, me dedicaba a comprar todo lo que se me ponía por delante.
En mi caso, algo extremo, no me centré solamente en la ropa o consumismo barato, sino que compré y realicé muchos viajes, hice cambios de muebles en mi habitación, me dediqué a coleccionar muchísima decoración del hogar que nunca llegué a usar, cosmética y cremas hasta 2025, y así muchas cosas más para intentar llenar todos esos espacios de mi mente de otras cosas que no me llevasen al shock, pero que me llevaban a sentirme absolutamente mal y a ver a mi economía totalmente lapidada.
Pequeños pasos hacia dentro
Hasta que progresivamente con el paso del tiempo me fui dando cuenta que todo eso no hacía más que añadir malestar a lo que seguía teniendo sin tratar dentro de mí, y por ello comencé poco a poco a enfrentarme al problema en vez de darme dosis de «gratificación instantánea». Y poquito a poco fui dando pequeños pasos hacia dentro, enfrentándome a la raíz del problema, y perdonándome por todas aquellas cosas que había hecho pero que ya no podía cambiar.
Os diré que aún me queda mucho camino por recorrer, porque la acumulación física y mental de tanto tiempo no la puedo dejar ir en tan poco, pero cada día me voy acercando un poquito a la senda del minimalismo, e intentando deshacerme de todo aquello que no aporta valor a mi vida.
Muchas gracias por leer hasta el final.
Comentadme si vosotros también habéis caído en las compras compulsivas y de qué os gustaría deshaceros en el corto plazo.
Un abrazo 🙂
Sabias y sinceras palabras.
Me encanta el artículo, yo también me reconozco como comprador impulsivo y me ha hecho sentirme reflejado. Pero también estoy en vías de solucionarlo. Gracias por el aporte!!!!
[…] estrella donde he tirado más dinero. Como ya os he contado, en el pasado tuve una época de compradora compulsiva que duró mucho […]